La novela Los nuestros (1983), del ruso Serguéi Dovlátov (1941-1990), ha sido uno de los gratos descubrimientos que hemos tenido en las lecturas de esta semana.
Amigo del poeta Joseph Brodsky, Serguéi Dovlátov fue otro de los tantos escritores rusos que tuvieron que emigrar a los Estados Unidos en la década del 70. En ese país es donde publicaría la mayor parte de su obra. De un marcado carácter biográfico y con un lenguaje tan sucinto como irónico, su literatura no deja a nadie indiferente.
En el año 2018 el director de cine Aleksei German realizó la película Dovlátov, en la que recrea varios momentos de la vida del escritor.
«Y SIN EMBARGO, EN TIEMPOS DE STALIN LAS COSAS IBAN MEJOR. EN ÉPOCA DE STALIN SE EDITABAN LIBROS, LUEGO SE FUSILABA A SUS AUTORES. AHORA NO SE FUSILA A LOS ESCRITORES. TAMPOCO PUBLICAN SUS LIBROS. NO SE CIERRAN LOS TEATROS JUDÍOS. PORQUE NO LOS HAY...»
Serguéi Dovlátov. Los nuestros. (1983).
Antes de hablar sobre las impresiones que nos causó la lectura de Los nuestros (1983), comentamos dos textos de menor extensión.
El primero fue "Todos los pilotos muertos". Un relato de William Faulkner (1897-1962) publicado en 1931 como parte de una selección de cuentos titulada These 13.
El segundo, "Cómo ayudar a T. S. Eliot a escribir mejor", es un texto a medio camino entre el cuento y el ensayo. Fue publicado en American Poetry Review, en el año 1981, por la escritora norteamericana de origen judío, Cynthia Ozick (1928).
Así fue cómo disfrutamos de la charla:
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